Historia de Mar de las Pampas

Historia de Mar de las Pampas

Mar y bosque en perfecta armonía, eso es Mar de las Pampas… con sus playas amplias y de finas arenas… con su abundante vegetación.

Hoy resulta increíble que hacia mediados del siglo pasado este lugar no haya sido más que desérticos cordones de dunas. Parece que el bosque con toda su vida siempre hubiera estado allí; sin embargo, éste tiene un origen y una historia.

En abril de 1957 una firma de rematadores publicó un aviso que decía: «Entre Mar del Plata y Pinamar – frente al mar en dos grandes lotes – extraordinario ofrecimiento para hombres de empresa… El día jueves 11 a las 16 horas. Por orden judicial remataremos…».

Los lotes fueron adquiridos por Antonio Vázquez, Manuel Rico y Jacobo Zceltman, quienes decidieron fundar un lugar turístico que se diferenciara del resto de la costa atlántica argentina. El primer paso fue la fijación y forestación de dunas, materia sobre la cual se contaba con numerosas experiencias, algunas cercanas como la de Gesell en la villa que lleva su nombre, la de Guerrero en Cariló y la de Bunge en Pinamar.

Para la tarea se reunieron antecedentes técnicos, bajo la dirección de los ingenieros agrónomos Moretti y Takacs, y numerosos materiales como semillas, arbustos, variedades de pasto, plantines de árboles, un jeep de tercera o cuarta mano, etc.; pero lo más importante fueron los hombres que lucharon perseverantemente contra la arena, sin importar si hacía frío o calor, si llovía o si el sol calcinaba. Muchas veces los vientos y la arena destruyeron el trabajo de semanas que al día siguiente fue recomenzado, así una y otra vez, hasta que al fin vencieron el trabajo y la técnica dominando los médanos, que se convirtieron en un frondoso bosque de álamos, sauces, pinos, acacias, eucaliptos, cipreses y otras especies que sirven de cobijo a numerosas aves, insectos, alimañas y duendecillos legendarios.

Al comienzo la urbanización de la fracción correspondiente a Mar de las Pampas se planificó en manzanas cuadrangulares; pero hacia 1969 se comprendió que ésta no se adaptaba al paisaje irregular de cordones de dunas y valles boscosos. Entonces se iniciaron los trámites correspondientes ante el Gobierno de la provincia de Buenos Aires, solicitando la remodelación del amanzanamiento.

Finalmente, hacia 1971 se obtuvo la aprobación del plano actual de Mar de las Pampas, donde la urbanización respeta la naturaleza y la privacidad de sus habitantes. La comercialización de parcelas se abrió hacia 1979, luego de 22 años de trabajo intensivo sobre la naturaleza del lugar, realizando campañas de forestación y fijación de médanos, y sobre la planificación del desarrollo de una ciudad turística respetuosa del medio ambiente.

Los caminos marpampeanos, afirmados a través de la mezcla de tierra negra con las arenas originales, pueden transitarse en cualquier situación climática y siguen las curvas naturales del terreno, ensamblándose con el paisaje y facilitando el escurrimiento de las aguas pluviales. De todas formas la red de circulación está perfectamente organizada en tres niveles funcionales: una avenida principal, Cruz del Sur y su continuación El Lucero, que marca un recorrido en forma de abanico equidistante de todas las subareas y que en su punto medio se acerca a la playa; calles de circulación intermedia de variada morfología; y calles de circulación restringida o culs de sacs (calles sin salida en el medio de las manzanas), que dan lugar a un mejor aprovechamiento de las manzanas y a una privacidad urbana poco común.

Mar de las Pampas cuenta además con un Código de Planeamiento Urbano y Normas de Edificación, que rigen el crecimiento del lugar preservando la naturaleza, la tranquilidad y la privacidad. Así es que está dividido en subareas según su uso y densidad ocupacional (comercial, hotelera, residencial), como también se limita la construcción de edificios en altura. A la vez que con el fin de preservar abundantes áreas verdes, se restringe el porcentaje de metros cuadrados cubiertos por lote y se han previsto espacios verdes semipúblicos, en el límite de los terrenos privados y las calles, de uso del frentista pero sin el derecho de ocuparlo con ningún tipo de construcción. Todo esto da como resultado un emplazamiento urbano de características inusuales, que resalta el bosque y los paisajes naturales, a la vez que presagia un atractivo desarrollo futuro.

El primer centro comercial se inauguró en enero del 2002, se llamaba «Paseo Comercial y Cultural Sendas del Encuentro» y comprendía parte de los hoy denominados «Paseo Sendas del Encuentro», «Anfiteatro Sendas del Encuentro» y «Pasaje Sureño». Hasta entonces sólo había pocos locales gastronómicos dispersos en el bosque y dos almacenes.